Benito Zamora

Nacido en Guadalajara, Jalisco en 1951, Benito Zamora inició su formación artística en la adolescencia tomando clases con el maestro Miguel Contreras. Aunque se considera autodidacta, estudió formalmente en la Escuela de Artes Plásticas de la Universidad de Guadalajara. Desde muy joven se dedicó a la pintura, haciendo de ella su forma de vida, y participando como miembro fundador de la Plaza del Arte en la Galería Municipal Torres Bodet en 1977.

Su obra ha sido exhibida en importantes recintos culturales de México y del extranjero, incluyendo el Palacio de Bellas Artes, el Museo de Arte Moderno, el Museo de las Artes de la UdeG, el Museo de Pintores en Oaxaca, y salas en San Francisco, Denver, Santo Domingo y Granada. Ha obtenido múltiples reconocimientos como el Premio Nacional de Arte Joven de Aguascalientes, el primer premio de gráfica en la feria de Tonalá (1990), y menciones honoríficas en el Salón de Octubre.

El trabajo de Zamora se distingue por un enfoque figurativo con un fuerte sustento en el dibujo, y un contenido simbólico que roza lo onírico y lo mítico. Él mismo define su estilo como una forma de realismo mágico, donde el claroscuro, la composición clásica y los elementos de la naturaleza cobran una dimensión expresiva profunda. Considera que la forma es fondo, y su obra, cargada de técnica y simbolismo, busca transmitir una voz auténtica.

Además de la pintura, Benito ha trabajado con grabado, serigrafía, escultura y joyería. En esta última disciplina obtuvo un premio en categoría diamante, lo cual amplió su paleta de materiales y técnicas. Es reconocido también por su meticuloso uso de la plumilla o canutero con tinta china, técnica que domina con maestría y que refleja su carácter y precisión manual.

En 2023, Galería Vértice presentó una exposición retrospectiva titulada “La canción sigue siendo la misma”, celebrando 50 años de su trayectoria artística. Esta muestra reunió más de 60 piezas, muchas de ellas inéditas y pertenecientes a su colección personal, organizadas cronológicamente para mostrar la evolución de su obra. Benito continúa activo, creando desde su estudio con la misma entrega y pasión con que comenzó.

Fiel a su ideología, Benito Zamora ha vivido de su obra desde joven, manteniéndose al margen del sistema comercial tradicional. Su legado no solo reside en sus piezas, sino en su filosofía de vida artística: resistir, crear, transformar y dejar una huella con un lenguaje visual propio e irrepetible.