Ana Luisa Rébora

Ana Luisa Rébora nació el 31 de enero de 1962 en Guadalajara, Jalisco. Desde los tres años comenzó a tomar clases de pintura, y a los ocho recibió el Premio Jalisco Infantil. Su primera exposición individual fue en 1979, y desde entonces ha participado en más de 80 exposiciones colectivas e individuales en México, Europa y Estados Unidos, consolidándose como una figura esencial de la plástica contemporánea jalisciense.

Autodidacta de formación, complementó su práctica artística en talleres de la Universidad de Guadalajara. A lo largo de su carrera ha desarrollado un lenguaje propio, caracterizado por la presencia de figuras femeninas fantasmales envueltas en atmósferas de bruma y luz. Su pintura transita entre el abstraccionismo, el surrealismo y la figuración simbólica, donde el color —a veces vibrante, a veces sepia o ocre— se convierte en vehículo emocional.

Ha expuesto en importantes espacios como el Museo Diego Rivera, el Museo de Arte Moderno de Guadalajara, la Galería Uno de Puerto Vallarta, y museos de Noruega, Alemania, Dinamarca y República Dominicana. En 2005 fue reconocida en Noruega con la certificación Kondelureskogen, integrándose a un grupo selecto de artistas de ese país. La Reina Sonia de Noruega adquirió una de sus obras tras una exposición en Oslo.

La figura femenina es el eje central de su obra. Mujeres solas, vistas de espaldas o sin rostro, emergen de atmósferas oníricas, brumas o arenas, simbolizando la introspección, la resiliencia y la búsqueda espiritual. Con el paso del tiempo, esas figuras han ido cobrando vitalidad, enfrentando al espectador y caminando hacia paisajes más luminosos. Su estilo ha evolucionado hacia una síntesis plástica donde el espacio pictórico se reduce a la luz, el gesto y la energía simbólica del cuerpo humano.

En su exploración técnica ha trabajado collage, grabado, pintura mixta, monotipias y materiales no convencionales como mármol y cantera. No obstante, siempre regresa a la pintura como su medio esencial: “Prefiero que en un cuadro haya 100 por ciento de pintura”, afirma. Su visión es clara: “El arte es una entrega completa, una búsqueda, un caos… un cotidiano amanecer”. Actualmente radica en Noruega desde 1998, donde continúa desarrollando y exhibiendo su obra.